Todo cambió cuando la aristocracia inglesa, alentada por la recién surgida necesidad de cuidar la salud y la higiene en una suerte de cultura wellness primigenia comenzó a frecuentar resorts a orillas del mar. El primer complejo turístico de este tipo apareció en Scarborough (Inglaterra) en 1720. A él acudieron personalidades como el rey Jorge IV desde que los médicos comenzaran a recomendar a las clases más altas acudir a estos lugares al lado del mar en busca de tranquilidad y bienestar.
Comentarios
¿1720 le parece reciente?
En realidad lo que es reciente son las vacaciones y el poder viajar, pero se ve que el periodista tenía problemas para buscar tema y tuvo que recurrir a algo tan insulso que recurrió a adornarlo un poco para que se trague mejor.
#2 debe ser primo de Jordi Hurtado.
Y el marisco antes era de pobres.
#6 Mis abuelos daban de comer galeras a los patos, ahora no es que sea a precio de caviar, pero vamos, no se da de comer a los animales.
#7 Los humanos somos animales. Tu argumento es técnicamente incorrecto. Jaque mate ateos.
#8 Jaque mate
#7 De donde soy yo les daban angulas que hoy valen 6.000 euros el kilo.
Igual que las vacaciones
Y las vacaciones en las estaciones de esquí, ¿de cuando son?
"A la playa no llegaba nada bueno. Era, por tanto, un lugar horrible que había que evitar y que hasta el siglo XVIII provocaba auténtico pavor."
Pues no sería para tanto, porque una parte de la humanidad ha vivido junto al mar desde hace más de 2 millones de años, mucho antes de salir de África. Podían vivir en otros sitios (había muy poca población), pero muchos preferían quedarse en la costa. Y es que el mar siempre ha sido una enorme fuente de alimento, y la costa suave de las playas es el lugar más cómodo para conseguirlo.
¿Les daba miedo el mar? Pues claro que sí; pero como todo. Hasta hace bien poco la gente vivía con miedo a cualquier cosa: a los animales, a los bandidos, a los amos, a las tormentas, a lo desconocido, a la oscuridad, a los dioses... El miedo era parte de la vida, en cualquier lugar del mundo. Por eso se ingeniaban todo tipo protecciones físicas y no físicas; se construían empalizadas, murallas, torres; se hacían fosos, se despejaban bosques; se hacían talismanes, se rezaba, se cantaba, se imploraba protección aquí y allá... Pero ese miedo no les impedía salir de la cueva o de casa y recorrer montes, bosques, praderas, ríos, desiertos, y por supuesto playas, deltas, acantilados...
Pues el puenting ni te digo.
El móvil como lugar de vacaciones es un invento reciente.