El autor argumenta en este artículo que en una sociedad plural, la única ética pública que puede aspirar a un reconocimiento oficial y, por tanto, a ser enseñada y aun impuesta sin que ello plantee problemas de libertad, son los derechos humanos. Si debemos respeto a los diferentes sistemas o representaciones del mundo y de los valores, los únicos valores y principios éticos que pueden y deben ser contenido educativo indiscutible, porque son los únicos que cabe reforzar con imposición exigible bajo sanción, son los derechos humanos.
Comentarios
La educación no es la panacea que muchos creen. Las identidades, el tribalismo, el sentido de pertenencia a un grupo. Yo y los míos, y tú y los tuyos. Todo eso está en nuestro ADN.
#2 Yo no diría en el ADN, pero sí que es de las primeras cosas que nos trasmiten nuestros padres y la "tribu" en la que nacemos.
#2 la educación y propaganda es capaz de hacer creer que una paloma dejó embarazada a una mujer como para no tomársela en serio y pensar que eso no es la panacea, cuando es el santo grial del comportamiento humano. Permite a la gente matar o perder la vida por seres imaginarios.
#4 O un tipo que vuela con un caballo. La religión es más compleja que eso, es identidad.
#7 la religión no es más compleja que cualquier otra idea metida en la cabeza.
#2 Esta en nuestro ADN ... tanto como lo de estar@Regordete
#2 Yo y yo , y tus derechos no exiten , solo existen los mios.
El articulo es interesante pero muy ingenuo.
#2 Así es, y no puedes deshacerte de eso sin deshacerte de lo que nos hace seres humanos también. Incluso experimentos de pocas personas aisladas han demostrado que se dividen en grupos.
Es curioso que los humanistas odien tanto la guerra y los conflictos humanos, cuando de hecho es parte de lo que nos hace humanos, lo que sugiere que no aman la humanidad ni son tan humanistas como creen.
Sí, es bueno que haya paz y creamos conciencia de la guerra, pero es absurdo pensar que jamás volverá a suceder y que todo será paz y armonía. Ningún nivel de educación cambiará eso, excepto hasta cierto punto, a menos que deshumanicemos los individuos, que de paso sacrificaremos mucho de lo bueno.
Le recuerdo que esta gente superinteligente y educada trató de imponer una utopía y terminaron matando más que nadie:
¡Coño, pues sí que es sencillo!