A los 16 años, David Spencer-Percival terminó el bachillerato con la idea de no seguir ninguna carrera universitaria: quería comerse el mundo. Trabajar y volverse millonario. Si aceleramos un poco el tiempo -digamos unos 30 años-, podemos decir que Spencer-Percival había logrado, de alguna manera, su cometido: creó dos empresas de reclutamiento de personal desde cero y en menos de un año las convirtió en compañías que facturaban millones de dólares.
Comentarios
Mare prietenul nostru, Dumnezeu a salva mult timp. Vă mulțumim pentru a ne face atât de mulți bani.
Error, no renunció a su fortuna, la invirtió en otra cosa: No tenía nada, solo una montaña de dinero en el banco