Lunfardo

 Agarraste la manija

mientras andabas a boleo

en el barrio de las ranas,

y sin compasión me hieres

de fierro grande y profunda

y me robas hasta la voz

pa’ decirte adiós.

 

Duerme mi barrio entre sueños

y entre sueños se marchó

como tú te haces la morronga

mientras todo es hacha y tiza

bandeado por heridas

echando barracas sin parar

en esta suerte de vida

que sin suerte

me dejó.