Hace 5 años | Por Dravot a diarijornada.coop
Publicado hace 5 años por Dravot a diarijornada.coop

La exconsellera Ponsatí explicó que el proceso ha sido un farol del póker. Es importante que alguien del ex gobierno diga eso. Aparte de este hecho, la declaración no es nada importante. Los corresponsales extranjeros lo habían visto hace tiempo, y lo habían explicado así a sus culturas.

Comentarios

ElLocoDelMolino

yo siempre lo tuve claro: estaban apostando demasiado fuerte y rápido para tener buenas cartas

M

#2 pero pagan los demás.

tiopio

Invirtieron en bitcoins…

Dravot

traducción:


La exconsellera Ponsatí explicó que el proceso ha sido un farol del póker. Es importante que alguien del ex gobierno diga eso. Aparte de este hecho, la declaración no es nada importante. Los corresponsales extranjeros lo habían visto hace tiempo, y lo habían explicado así a sus culturas. También lo habían visto cuatro gatos a la cultura local. El resto de medios y profesionales han visto un proceso imparable hacia la independencia, o bien un proceso imparable hacia un golpe de estado. No ha sido ninguna de las dos cosas; ha sido una partida imparable de póquer en la que, en vez de jugar con lentejas, se ha jugado con personas. Esto, a su vez, no es importante. En un momento u otro, alguien juega contigo, la vida o la política. La cosa importante es que la partida de la nada ha durado seis años. Seis años. Seis años. Tomar el pelo a una sociedad, llevarla hacia un punto de crisis -recordemos que, en un momento del enfrentamiento entre gobierno y Gobierno, la solución más cómoda para estos dos gobiernos era una matança-, llevarla hacia a la ruptura social -recordemos que el gobierno actuó, y aún lo hace, ignorando la mitad de la sociedad; tal vez, no es pueblo, sino sólo la mitad de la sociedad-, y todo ello durante seis años es un hecho sorprendente. Que cuenta otro hecho sorprendente y, posiblemente, la patología de todo esto.

La patología de todo esto: sólo se puede engañar tan íntimamente una sociedad si se da el hecho de que esta sociedad quiera ser engañada. Sólo se puede engañar una sociedad si es cómplice de este engaño. Sólo se puede engañar una sociedad que, en el momento de descubrir que ha sido engañada, continuará sin exigir dimisiones en TV3, radios, prensa, y continuará votando lo mismo. La sociedad no quiere política. Quiere sentimientos. Y dispone para ello de los mejores profesionales en la política y los medios. Son buenos porque salen de esta sociedad de -no encuentro otra palabra- farsantes. Esta es la verdadera patología.