Para quién no le suene esto de la Inteligencia Emocional, viene a ser la capacidad que tenemos las personas de entender los sentimientos que nos ocurren por dentro, porqué se dan y cómo reaccionamos ante ellos. Además también hace de guía en nuestras relaciones sociales y en definitiva nos ayuda a decidir quiénes van a ser nuestros amigos, nuestra pareja o incluso qué carrera estudiar.
Una capacidad tan importante para el ser humano como lo es la de leer y escribir pero tan poco tenida en cuenta, probablemente por desconocimiento de su existencia o importancia. ¿Os imagináis cómo sería la comunicación en la sociedad si cada familia tuviese que enseñar a leer y escribir a sus hijos siguiendo unos criterios propios?
Decir sí cuando realmente se quiere decir no, agachar la cabeza ante una falta de respeto o maldecir a alguien con la que accidentalmente se tropieza, son comportamientos tales de una Inteligencia Emocional deficiente.
Y es que al no existir un "abecedario emocional" sobre la mesa, acabamos desarrollando una Inteligencia Emocional según nos coge a través de referencias como pueden ser nuestros familiares y amigos o las situaciones que nos tocan vivir.
Con una sociedad hiperconectada y a la vez con unos datos sobre enfermedades mentales y suicidios nunca vistos hasta la fecha -sobre todo en la población más joven- urge incluir un plan de educación emocional en la sociedad para que cada individuo pueda desarrollar su capacidad emocional de una manera sana en base a unos valores y criterios acordes tanto a su integridad como a la del resto.
Porque una inteligencia emocional correctamente desarrollada permite -entre otras ventajas- un mejor manejo de la frustración, una mejor toma de decisiones, una mayor empatía y una generación de relaciones más sanas, obteniendo como consecuencia una sociedad más equilibrada.
Comentarios
Una persona con una inteligencia emocional desarrollada podría ejercer su derecho a voto de modo racional, teniendo en cuenta las repercusiones sociales y económicas de su voto. Podría administrar sus recursos sin caer en la impulsividad o ser víctima de la publicidad, consumiendo de modo responsable. Podría ser capaz de sintonizar con sus vecinos y entenderlos, diferenciando lo que sienten de lo que necesitan, y obrar en consecuencia.
En el otro extremo una persona capaz de interpretar las emociones propias y ajenas podría ser capaz de manejar a su antojo a su público, pulsando los botones adecuados podría moldear su comportamiento para propio beneficio o por encargo de otros. Y aunque algunas personas detectaran el fraude, no podrían expresarlo sin ser inmediatamente ahogadas por una respuesta emocional masiva y desmesurada.
Hasta el siglo XX el control social de los instintos básicos de donde nace la emoción era manejado por la religión o la ley, a veces confundiéndose o mezclándose, dando lugar a lo que llamamos "moral"
Con la globalización, los conflictos morales son cada vez más evidentes, llegando al extremo de personas que se creen con derecho a matar a quien no siga sus reglas. Las guerras suelen justificarse mediante pretextos de alto contenido emocional, cuando su objetivo es un frío y racional interés de unas pocas personas en el poder, los recursos y el dinero.
Necesitamos ya un cerebro 2.0. Necesitamos la emoción porque sin ella no hay vida, necesitamos seguir queriéndonos, pero necesitamos ser racionales para sobrevivir. los instintos de ataque, huída o defensa, reproducción, etc. impulsados por la emoción son inútiles en la compleja sociedad actual, si acaso objeto de manipulación para conducir grandes masas por intereses ajenos a ellas. Supongo que lo superaremos, pero no sé cómo, y nos va la especie y el planeta en ello.
Pues precisamente las redes sociales y la (mala) comunicación escrita de las herramientas de mensajería favorecen mucho que falle esto. Cuántos niños con su teléfono móvil malinterpretan mensajes escritos porque pueden dar lugar a ambigüedades sin haberlo percibido ni el emisor ni el receptor del mensaje.
Hoy en día cada vez se favorece más este tipo de comunicación, en lugar de por voz y/o cara a cara, lo que va totalmente en contra de tener un crecimiento emocional sano.
En cuanto a fomentar la asertividad (decir si/no según nuestros intereses y no los del de enfrente), también es otra "asignatura" muy descuidada por los padres. Si no se inculca a edades tempranas da lugar a niños fácilmente manipulables e inocentes (ingenuos) que acaban siendo víctimas recurrentes de los malotes.
Lo malo es que rápidamente algunos se sacarán el pin neandertal de la manga para evitar que esto se convierta en asignatura o al menos se integre en algún temario del programa educativo, porque a ellos les interesa tener a gente así por el mundo, sin sentido crítico, sin amor propio, con sumisión ante el que manda más "porque sí" y sin rechistar. Pero al contrario bien que lo aplicaban los muy...
Si en esta Sociedad hubiese Educación Emocional (no solo Inteligencia Emocional), así en principio no se permitiría que unas pocas personas acumulasen la mayor parte de la riqueza del mundo, y generada anualmente. No se permitiría que alguien tuviese que buscar en contenedores, o beber agua de charcos, no se permitiría la corrupción, especialmente a gran escala. Estaríamos bastante más informado, de lo que es el falso libre mercado, no existirían los lobbies, los paraísos fiscales, y la ingeniería fiscal y económica. No existirían las guerras, ni las religiones,... Y un largo etc.
Por cierto los problemas del mundo nacieron bastante antes que esa sociedad hiperconectada, de la que siempre ponemos excusas. Es como cuando escucho la idiotez del mundo pos-pandemia, como si antes millones de personas no tuviesen los mismos problemas.
Además cuidado con la Inteligencia Emocional, que también sirve para manipular. Si no no existirían tantos charlatanes con sus libros de autoayuda, que funcionan tipo secta.
Saludos.
#1 Muy buen aporte! La única manera de superarlo pienso que sería incluyéndola en la educación y dándole la importancia que realmente tiene, y que no pase a ser una asignatura de hacer dibujitos y echar el rato...
#2 Totalmente de acuerdo. La asertividad entra dentro de la inteligencia emocional también, y el problema es el que comentas, la inculcan los padres y eso es una lotería para cada uno, algunos tendrán buenos valores y pasarán esa “herencia” de manera sana, pero en otros muchos casos...ni siquiera se dará
Por cierto, menuda grima de panfleto
#3 Y voy más allá, una persona emocionalmente adulta probablemente no necesite 4 coches, 1 yate y vestir con la ropa más cara para sentirse bien.
La inteligencia emocional está desde siempre con nosotros, o al menos la capacidad, como lo puede ser resolver ecuaciones, solo que no es hasta estos últimos 20 años que se está hablando más y dándole el peso que tiene. Y si, hay que tener cuidado con los vende motos, por eso al final hay que tener en cuenta que la inteligencia emocional es una capacidad se entrena y que nos sirve para conectar tanto con nosotros mismo como con los demás de una manera sana. Todo lo demás es marketing!
#5 Ese "panfleto" es como se educaba a los niños españoles tras la guerra civil con la iglesia acaparando la educación: obediencia absoluta, sumisión sin crítica, y sacrificio ciego hasta la muerte de ser necesario.
Y luego no quieren investigar los casos de abusos a menores... porque lo ocurrido en España dejaría lo de Francia como un chiste