Hace 3 años | Por Rosalia_castro a cadenaser.com
Publicado hace 3 años por Rosalia_castro a cadenaser.com

Cuando la arqueología era más aventura que ciencia, Heinrich Schliemann encontró, en 1871, las ruinas de la antigua Troya. Fue su gran fantasía, un objetivo que parecía una locura de infancia, pero gracias a su tesón y a su inteligencia, lo consiguió. Schliemann decía dominar catorce idiomas, y amasó una gran fortuna gracias a sus actividades comerciales.

Comentarios

chulonsky

La arqueología era una rama de la ciencia prácticamente desconocida en su época, este tipo fue uno de los pioneros. Era un millonario que soñaba con grandes descubrimientos, y que invirtió parte de su fortuna en conseguirlo. Aunque cometió muchísimos desmanes, ayudo a popularizar la arqueología, y sobre todo, que sus sucesores estandarizaran los procedimientos para no cometer los mismos errores.
Las joyas de oro que lleva su mujer en la foto, eran el tesoro troyano de priamo, que se llevó de turquía sin pedir permiso, que estuvieron expuestas en el museo de historia de berlín, y parte del botín que los rusos arramblaron y se llevaron a moscú.

Pointman

#1 Casi todas las ramas de la ciencia han empezado así, con gente con más entusiasmo que sentido común lanzándose a ver que sale.

T

Inteligencia, obsesión y dinero. Una combinación imparable.