Que acabara como investigador en Barcelona y no en el prestigioso Instituto Max Planck fue en buena medida una cuestión de azar. Cuando Romain Quidant acabó su doctorado en Francia, no le faltaron ofertas; era uno de los jóvenes científicos más brillantes de su país, al que auguruban exito en el campo de la fotónica. "Había recibido ofertas realmente buenas de varias instituciones y cuando ya me había decidido y estaba a punto de firmar un contrato con uno de los centros, por casualidad vi una oferta en internet del ICFO y me llamó la atención"
Comentarios
Como si aquí no hubiera cracks!!!. Mira cuantos pululan por Inglaterra, Irlanda o Portugal. Lo que hay que hacer es llamarlos de vuelta y ofrecerles mejores condiciones que las de ahora, que son una autentica basura.
Es curiosa la confianza que damos los cientificos españoles en nuestro propio país. Mientras, los extranjeros se quedan con las mejores ofertas y puestos.