#1 Ese es el problema. Esforzarte en chapar unos temas (meritorio) para aprobar una plaza que te garantiza, hagas más hagas menos, un sueldo. Muchísima gente aprueba la oposición y es lo último que trabaja en su vida. Es fácil verlo en ayuntamientos, delegaciones de hacienda (agarrados a la cita telefónica como si fuera un cáliz de oro) u diversos organismos que no se sabe bien para que sirven. Para corregir esto es muy fácil: Entrar por méritos académico laborales y pasar revisiones cada x tiempo y controles de rendimiento.
Cuando tienes que poner un control horario para que la gente entre a su hora a trabajar, algo se está haciendo mal, muy mal. Unos estudios de temas no pueden servir como carta blanca para no hacer nada. Es justamente lo contrario, has peleado por conseguirlo, ahora tienes que hacer lo que has estudiado y ganártelo más allá de acertar x preguntas entre a, b, c y d. Y ojo, que conozco funcionarios y he trabajdo con ellos y, como en la viña del señor, todo hay. Unos deslomados de currar y mejorar las cosas y otros cansados de mirar el reloj.
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No cabe un tonto más en el mundo del fútbol. Con lo fácil que es ir a divertirse y pasar una buena jornada, pues no, vamos y si tal que nos den un machetazo. Su nivel de inteligencia es inversamente proporcional a su nivel de agresividad.