Todos los años decenas de miles de personas en el mundo desarrollado mueren debido a la escasez de órganos o debido a una espera demasiado larga. Es frustrante que esto ocurra en una época, la nuestra, en la que la ciencia y la técnica están tan avanzados como para permitir a todas estas personas no sólo sobrevivir, sino llevar vidas largas y sanas. Y vidas más largas conllevan más demanda de órganos ¿El problema? La oferta.
Los estados, amparados bajo las resoluciones de las Naciones Unidas, por motivos puramente ideológicos mantienen la oferta por debajo de la capacidad posible. Limitan el precio a 0$ (ya sabemos lo que pasa con la limitación de precios, ¿eh?)
Prohíben la mercantilización del propio cuerpo una vez muertos (ni tras la muerte acaba la coacción estatista). Y por supuesto prohíben la mercantilización de nuestro cuerpo en vida, cuando más sentido tiene. ¡Imaginad cuántas vidas se salvarían si prescindiéramos de esta moralina! La vieja moral cristiana de enaltecer al pobre, en detrimento de este mismo. El argumento de que la liberalización del propio cuerpo conllevaría un abuso de poder sobre las clases más desfavorecidas no aguanta el más simple análisis. Veamos:
Si se alega que no se puede tomar una decisión tan importante por desconocimiento, es sencillo imaginarse unas medidas de información, plazos y derecho de retractación que minimicen este peligro. La decisión que el individuo informado tome es legítima. Después de todo ¿acaso no se pierde también en bolsa? ¿Acaso no nos equivocamos de máster?
¿Creen que sólo una parte disfrutaría de un beneficio? Por cada vida salvada gracias a la donación de un órgano, ¿cuántas vidas serían mejoradas o salvadas por una justa recompensa? Piensen en cuántas vidas quedan destrozadas para siempre por no poder disponer de cierto capital en un momento puntual de la vida: estudios universitarios, épocas de desempleo prolongadas, necesidades especiales, etc. El argumento de que eso supondría la valoración de unas vidas sobre otras no se sostiene a la luz de la justicia del libre intercambio.
¡qué mejor sistema para regir justamente las relaciones entre una oferta y una demanda que el libre mercado! Un mercado en que ni el estado ni otras instituciones supranacionales se inmiscuyan en lo que es, al fin y al cabo, la piedra angular de la libertad individual. La libertad de disponer de uno mismo. Esta libertad no puede verse supeditada a la coacción que las masas de individuos reacios al sacrificio y el trabajo duro ejercen a través de dichas instituciones, o más bien, que ejercen espoleadas por los obscuros intereses de dichas instituciones.
Cualquier amante de la libertad puede entender que oponerse a esto sólo trae más desgracia y pobreza.
Por la libertad, ¡permitamos vender vuestros órganos en vida!
Comentarios
#0 Seguramente no seas de España, verdad? Es que no tengo dado por donde empezar con lo que has puesto. Échale un vistazo a la web de la organización nacional de tranplantes. http://www.ont.es/Paginas/Home.aspx
Pero vamos, solo decirte que en España unicamente se nigan, creo recordar y tienes los datos en la web, un 14% a donar sus organos, sin necesidad de venderlos (los que se niegan suelen ser motivos religiosos, así que dudo que el dinero fuera a disminuir este porcentaje). Los transplantes los cubre la seguridad social, cualquier ciudadano, independientemente de sus ingresos pueden acceder a ellos, y somos lideres mundiales en trasplantes.
Mercantilizar los organos va en contra de lo que representa el sistema de salud español, el cual es universal.
#1 Venía a decir eso. En España, lider mundial de transplantes durante décadas, la donación de órganos se asume por defecto, salvo negación explícita.
#2 Mira el sub en el que estamos. Yo tambien me la he comido.
#4 Jeje, sí.
#7 Siendo legítimas tus preguntas retóricas, considero que para dar igualdad de posibilidades a todos los ciudadanos, debería ser el estado el que subvencione la contraprestación, por lo que no sería eficiente. Lo realmente eficiente sería vender los órganos, sin la posibilidad de que esos órganos vayan al enfermo que los necesita. Así crecería el PIB, por el intercambio monetario, sin necesidad de que entre todos sufraguemos la salud del moribundo.
cc: #4. De perdidos, al rio.
Joder . Estaba flipando, mas vale que #4 avisado. Bufff.
#1 Aún así, siendo el país con "mejor" comportamiento (eso es cuestionable) ¿porqué querríamos mantener un sistema menos eficiente y que sólo beneficia a una parte del intercambio? Esas características culturales tan nuestras seguirían estando presentes y optimizando otro sistema.
¿Acaso no tenemos derecho a la legítima contraprestación de un servicio tan vital? ¿Esa negativa basada en el miedo, no se vería minada por la perspectiva de una beneficio para el individuo o su familiar? ¿No aumentaría la oferta, y por lo tanto satisfacería la demanda de sobrevivir de muchas personas? ¿Acaso quien siguiera queriendo realizar este acto de solidaridad (seguiría siendo solidario monetizandose) sin contraprestación tendría prohibida esta opción?
Y ante todo ¿Qué legitimidad tiene la masa organizada políticamente sobre mi cuerpo?
CC: #2
#7 Esta vez no voy a picar.
#1 Ok. Estamos en el sub de gilipolleame.
Ya cierro yo al irme.
#3 Shhh
#15 Ah, bueno... ¿quién osa a valorar más un brazo que un plato de judías?... ¡a ver si vamos nosotros ahora a atrevernos a valorar la subjetividad del hambre de cada una de las partes !
#0 jajaja... ¿Y los caníbales qué?, ¿No tenemos derecho a comer alguna extremidad a aquél que así se preste libremente por una acordada cantidad de dinero?
#13 No caeré en la trampa de coaccionar a ninguna de las dos partes con mi opinión, un ente exógeno que no puede sino distorsionar la legítima relación entre dos individuos. Siempre que ambos estéis informados, libres de coerción, y ambos tengáis hambre.
Menuda puta gilipollez de artículo
Mis dieses.
#9 El "puta" me ha sacado una lágrima de emoción. Gracias por los ánimos, prometo enmejorar.
#11 y yo prometo estar al acecho para ofrecer críticas constructivas.