Publicado hace 5 años por Stiller a blogs.herdereditorial.com

Con estas consideraciones arranca Giglioli su ensayo: “La víctima es el héroe de nuestro tiempo. Ser víctima otorga prestigio, exige escucha, promete y fomenta reconocimiento, activa un potente generador de identidad, de derecho, de autoestima. Inmuniza contra cualquier crítica, garantiza la inocencia más allá de toda duda razonable”. “La condición de víctima quiere ser una respuesta unánime; pero una respuesta unánime es solo una respuesta falsa". Lo que no ha pasado en absoluto desapercibido para aquellos con ambición de poder.

Comentarios

F

Sobre el mismo tema, de hace más de 20 años, recomiendo "La Tentación de la inocencia" de Pascal Bruckner, una serie de ensayos sobre el victimismo y el infantilismo de nuestra sociedad.

Stiller

#5 Pues me he leído el libro esta semana gracias a tu comentario, y joder qué pedazo de libro. Me ha parecido buenísimo.

Gracias, porque no lo conocía.

Stiller

Leí el libro hace poco y lo encontré magnífico: profundo, sólido, breve y directo al corazón del asunto.

He mandado la entrevista porque me parece inteligentísima.

Stiller

"Y me ha impresionado muy gratamente la acogida y el apoyo que el libro ha tenido entre las feministas italianas. En este punto, el libro fácilmente podría haber sido una fuente de equívocos y malentendidos, como si yo les dijera a las mujeres: “Mira, no os hagáis las víctimas…”. El libro, obviamente, no va de eso. Y las reacciones más interesantes han venido del mundo feminista, que rápidamente ha cogido el punto, especialmente las generaciones más jóvenes."

Sueñolúcido

Sólo la reparación y justicia pueden sacar a la víctima de su condición. Pero hay víctimas de la historia que no las tendrán por el sólo hecho de haber sido exterminadas. A eso se refería Benjamin.

a

Soy una víctima inocente de los constructos sociales. Quiero paguita y privilegios.

Stiller

"Uno de las principales síntomas del estado de minoría de edad es el miedo al conflicto. Frente a una víctima todos estamos llamados a ser unánimes, es la respuesta justa y natural, ¿no? Si alguien se cae a tu lado, vas a recogerlo. Pero si la víctima se convierte en un símbolo, ¿debe una sociedad ser unánime, creer siempre las mismas cosas? Con pequeños matices –centro izquierda, centro derecha–, no hay verdadero conflicto."