En las últimas semanas, desde algunos medios industriales y también informativos, se ha planteado, cierto que con sordina, un debate que no parece baladí. La discusión, que todavía no ha alcanzado demasiada magnitud, es establecer con la mayor certeza posible si el coche eléctrico es realmente una alternativa rigurosa a los motores de combustión o es una moda, más o menos pasajera, que habrían sido los propios fabricantes de automóviles quienes habrían alentado con una perspectiva meramente comercial.
Comentarios
Hoy por hoy no es mas que una moda. Dentro de unos años puede que sea realmente una alternativa, pero todavía le quedan 10 largos años para tener una buena gama de modelos para escoger, y que realmente sean usables, es decir, muchos kilómetros por recarga, y recargas rápidas. Superar el tiempo de llenado de un depósito es muy complicado, a no ser que se use un sistema de cambio de baterías.
La economía de consumo necesita nuevos productos que vender. Si de verdad quieren hacer algo con la calidad del aire de las ciudades sólo hay que potenciar y mejorar transporte público y racionalizar la estructura de las ciudades.
Teniendo en cuenta lo que nos queda de petróleo, la moda es el coche de gasolina.
Si los combustibles fósiles fueron una alternativa en su momento los eléctricos también lo pueden ser, yo que ya no discuto es si ahora o en un futuro.
Recordad que por ejemplo la gasolina lleva 70 años bajo subvención en estados unidos, desde que se decidió que había que poner (al menos) un vehículo motorizado en cada hogar para fomentar el desarrollo de la industria estadounidense (de ahí que siga tan de moda entre los carcas del país el "buy american", que lleva dando mal desde 1933).
Si no siguiésemos arrastrando esa "costumbre", para luego sería esta una pregunta.
La pena es que ahora mismo se puede ver como una opción alternativa económica a largo plazo, pero cuando empiecen a ponerse de moda ya se buscará alguna forma de inflar la forma de vender su "combustible" igual que ahora mismo estamos pagando el doble de lo que se debería por el que se usa actualmente.