En los últimos años hemos asistido al éxito de interesantes novelas de intriga, cuyos protagonistas son mujeres fuertes muy bien construidas. Al contrario de lo que ha venido siendo habitual desde tiempos de George Eliot o las hermanas Brontë, una nueva tendencia se está imponiendo en escritores masculinos que prefieren que su nombre quede sexualmente ambiguo en la portada para que aquellos que hacen compra de oportunidad, sin interesarse mucho en la biografía de los autores, sepan si se trata de un hombre o una mujer.
Comentarios
A mí me encanta el último libro de Pereza Reverte.
#2 Pereza Reverte
Nada nuevo bajo el sol: quieren abrirse al mercado feminazi.
¿De verdad aún hay gente que no lee un libro si lo ha escrito alguien del sexo opuesto? ¿El siglo XXI está involucionando al XIX o qué?
Acabarán firmando con nicks del puñetero Twitter para que no se sepa si lo ha escrito un hombre, una mujer o un gato
#6 pues ami me gusta para ver como se les caen las caretas a algunos y algunas
A mujeres lectoras no. A mujeres. Yo soy lectora y me suda el xxxx si el libro está escrito por un hombre o una mujer, soy más del contenido, llamadme rara.
El heteropatriarcado está que se sale.
Antes las mujeres tenían que adoptar pseudónimos masculinos. Ahora empieza a ser am revés pero ojo con admitir que estemos en un matriarcado de facto
#5 No. No es eso. Están poniéndose unos nombres determinados para meterse en un nicho de mercado muy concreto, en el que (por ahora) mandan las novelas escritas por mujeres. Lo que tú dices era cuando las mujeres no podían publicar, por el mero hecho de ser mujer. Entre cambiarse el nombre para meterse en una moda golosa y hacerlo para que por lo menos lean tu manuscrito, hay una diferencia enorme.