Supongamos un trabajador desempleado al que un empresaurio le ofreciera un empleo y su consiguiente contrato de trabajo; pero un empleo típico de Manolo el del bar, es decir con jornada inferior a la real, clasificación profesional inferior a la real, salario inferior al correcto, convenio "equivocado", etc. etc. En esos casos a veces sucede que el trabajador no acepta el nuevo empleo "porque el contrato está mal". Lo cual puede ser perfectamente absurdo en muchos casos y no por aquello de que "peor se está en el paro".
Comentarios
Lo único importante, para el trabajador, al iniciar una relación laboral es comprobar que esté dado de alta en la seguridad social, la documentación contractual no importa (demasiado, excepciones siempre existen) porque, caso de no existir el contrato escrito rige el principio de "condición más beneficiosa para el trabajador", es decir, que los contratos escritos lo que hacen es limitar, precisamente, ese principio.
Para la empresa sí puede resultar más interesante formalizar el contrato: en algunos porque limita su duración, y en otros porque es necesario formalizarlos y registrarlos en las oficinas de empleo para poder acceder a diversas ayudas.
"La ausencia de contrato escrito supone presunción de que es indefinido y a jornada completa".
Mira que otras veces estoy de acuerdo con los consejos de laboro, pero en este caso... el contrato indefinido también tiene un periodo de prueba, así que yendo por lo legal ese "presunto contrato" puede ser roto en cualquier momento sin consecuencias.
Laboro, o cómo joder información interesante a base de simplismos y topicazos nivel Ortega y Pachecho.
Dice algo muy cierto: no tiene ningún sentido rechazar trabajos "por dignidad". Tú coge el curro, reúne pruebas de las ilegalidades, y cuando te quieran dar la puerta, se las devuelves todas juntas. Recuerda que salvo que no haya un buen motivo (y es complicado que lo haya), todos los contratos deberían ser indefinidos por defecto.