La ley del si es si, el miedo, la duda y la vergüenza

Hace escasos días que se aprobó definitivamente la famosa ley del si es si. Sin entrar en la discusión de si se manipularan las relaciones para sacar partido o hacer daño, si se protege o no, es otra duda la que me trae hasta aquí.

Como padre de una niña de cinco años, me pregunto si esa ley va a beneficiar o perjudicar la experiencia sexual que ella vivirá en su momento, y que todos de mejor o peor manera hemos adquirido en nuestra juventud.

¿Como es el mundo sexual que están creando para ella, tan diferente al que yo descubrí en mi juventud y en el que yo no voy a poder guiarla? Si ya es difícil iniciar la vida sexual entre jóvenes y está repleto de dudas, miedos, enfermedades, dolor, embarazo, mezclado con inexperiencia tanto en el sexo como en los sentimientos. ¿Van a entender los jóvenes la complejidad de lo que piden algunos políticos de solo si es si y el resto es no? Si la pubertad esta guiada por el deseo, las hormonas que ellos ni controlan ni comprenden. ¿van a entender la complejidad de un protocolo acertado y adecuado antes de mantener relaciones sin ninguna experiencia?

Que yo recuerde, e incluso con los chicos existen inquietudes y miedos, y algunas veces hasta condicionados por el entorno, por ejemplo no ser el único que no había mantenido relaciones es una inquietud que yo mismo tuve en su momento. Y me consta que con las chicas es algo parecido.

Cada vez más a menudo encuentro noticias respecto a niñas de trece o catorce años que han acusado a alguien y luego se ha demostrado que fue falso. Y es que les pedimos que entiendan mensajes que escuchamos nosotros todos los días y que ni nosotros entendemos, y dudamos si es el enfoque correcto, y no contamos con que eso puede hacer más difícil y confuso el inicio sexual de un joven.

El desarrollo sexual es algo que se debe aprender con experiencia, la experiencia algunas veces es buena, otras es mala, unas veces te alegras y otras te arrepientes, y como yo, es algo que mi hija tiene que aprender por si misma.

Por que la pubertad y el sexo son así, y no lo va a cambiar una ley.

Y termino como empecé. No quiero que nadie abuse de mi hija, pero tampoco quiero que mi hija intérprete lo que debería ser una de las mejores cosas de su vida como algo de lo que temer o sentirse avergonzada solo por que una relación no haya sido como ella imaginaba y termine en tragedia, para ella y para su pareja.