El autor del artículo cuestiona que el coche eléctrico sea una solución que vale para todos los casos y plantea qué significa una sociedad dependiente del automóvil como medio de transporte hegemónico e individual. Describe también la presión absurda de la industria automovilística que sustituye unos problemas por otros.
En resumen: nos cambian un poco el juguete y volvemos a endeudarnos hasta las orejas.
Qué suerte tengo de que no me apasionen los coches, porque si vamos a lo práctico me apaño igual con un twingo de tercera mano.
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bici y patinete electrico son el futuro
En resumen: nos cambian un poco el juguete y volvemos a endeudarnos hasta las orejas.
Qué suerte tengo de que no me apasionen los coches, porque si vamos a lo práctico me apaño igual con un twingo de tercera mano.