Adéle salió temprano de casa. Esa mañana había cogido unas horas libres en el trabajo ya que tenía que ir al centro de Paris al notario para firmar la hipoteca de su nuevo piso. Era un pequeño apartamento en un barrio de la periferia, pero iba a ser suyo.
Tras su divorcio había vuelto a casa de sus padres, y con más de cuarenta años, consideraba que aquello no era una buena idea, ya que ahí no disponía de la suficiente libertad para hacer lo que quisiera.
Comentarios
#1 Te animo a descubrirlo en el libro completo
http://finalcuentaatras.blogspot.com.es/2014/06/el-final-de-la-cuenta-atras.html?m=1
Buen relato como los que suelo leer en este blog, pero me llama poderosamente la atención sobre este en concreto que si nos fijamos demasiado en acusar con el dedo al terrorista, fanático, integrista, criminal, etc nos olvidaremos poco a poco del problema real y de fondo que no es otro que ¿ como hemos llegado hasta aquí? ¿ quienes son los verdaderos culpables de que unos descerebrados nos tengan en vilo nuestras vidas? . una vez pasado el análisis rápido y acertado de los terroristas islámicos son criminales que merecen cadena perpetua, ¿ donde están los verdaderos cerebros de ese sin sentido? y ¿ cuanto de culpa tienen los estados europeos y los EEUU de todo lo que nos ocurre en nuestros países y en oriente medio a dia de hoy?.
Muchas preguntas sin respuestas, para terminar simplemente culpando solamente a cuatro fanáticos criminales.
#2 por que no?, lo tendré en cuenta