Y es que en Badoo, pillar cacho es más sencillo que ser robado en la Puerta del Sol de Madrid por un gitano. Ahora bien, conquistar al público taaaaaaaan exigente que se encuentra en Badoo, sólo requiere un mínimo, y digo mínimo, sentido del gusto y la estética para poder promocionarse y “vender carne” al depravad@ ocasional. Y es en este sector, en el de la promoción, donde el mercado ruso ha alcanzado unas cotas de maestría dignas de un lobotomizado, es decir, una auténtica mierda.