Imagina que ahorras durante un tiempo y te compras el coche de tus sueños, ese que siempre has tenido en mente y que tanto esfuerzo te ha costado conseguir. Tras dar unas vueltas en el automóvil (que te ha costado un dineral) te das cuenta de que algo falla y lo llevas a reparar. Cuando te lo devuelven descubres que te han dejado unos mensajes de mal gusto en el interior. ¿Qué haces?
El primer vehículo que me pude comprar (con casi 40 tacos) lo llevé al mes de comprármelo al concesionario por un arañazo que me hizo un camión. El concesionario no tenía taller propio de chapa y pintura y lo llevó a un taller de confianza (talleres pradera en Mislata). Pues bien, al cabo de 3 días me llaman para decirme que en el traslado de vuelta al concesionario un coche le había dado por detrás..., la verdad se le escapó a un mecánico del concesionario unos años después. El hijo del dueño del taller se fue de fiesta por la noche con el coche y se estrelló contra un murete de hormigón (yo lo vi claro al ver el coche siniestrado). La reparación le costó al seguro unos 8.000 euros y hubo juicio.
#6 Yo me quedé con otro coche del concesionario y al juicio fui de testigo y me quedé con las ganas de arrearle una patada al sinvergüenza del taller. El accidentado se lo venderían a otro.
#5 Consejo, un pelin Sheldon, que a veces lo soy: Siempre, siempre que compartes un vehículo(ya sea con el mecánico, amigos, alquiler de otro, etc): Anotación en el calendario y foto de kilometraje y estado, al recoger y al entregar. (de verdad, cuesta 4 minutos hacerlo). Parece una exageración, pero como dueño (o quien alquila) un vehiculo asumes muchisimas responsabilidades, muchisimas, tener la información bien clara puede ser importante en ese raro, pero grave, acontecimiento.
Con los vehículos de alquiler me pasé como 10 años haciéndolo sin que me fuera necesario para nada, al final, un error en la anotación de los kilómetros por parte de la compañía de alquiler casi me cuesta 800 euros extra, que, no sin poco trabajo, pude conseguir no me cobraran.
Comentarios
El primer vehículo que me pude comprar (con casi 40 tacos) lo llevé al mes de comprármelo al concesionario por un arañazo que me hizo un camión. El concesionario no tenía taller propio de chapa y pintura y lo llevó a un taller de confianza (talleres pradera en Mislata). Pues bien, al cabo de 3 días me llaman para decirme que en el traslado de vuelta al concesionario un coche le había dado por detrás..., la verdad se le escapó a un mecánico del concesionario unos años después. El hijo del dueño del taller se fue de fiesta por la noche con el coche y se estrelló contra un murete de hormigón (yo lo vi claro al ver el coche siniestrado). La reparación le costó al seguro unos 8.000 euros y hubo juicio.
#5 Yo hubiera exigido un coche nuevo si o si.
#6 Yo me quedé con otro coche del concesionario y al juicio fui de testigo y me quedé con las ganas de arrearle una patada al sinvergüenza del taller. El accidentado se lo venderían a otro.
#5 Consejo, un pelin Sheldon, que a veces lo soy: Siempre, siempre que compartes un vehículo(ya sea con el mecánico, amigos, alquiler de otro, etc): Anotación en el calendario y foto de kilometraje y estado, al recoger y al entregar. (de verdad, cuesta 4 minutos hacerlo). Parece una exageración, pero como dueño (o quien alquila) un vehiculo asumes muchisimas responsabilidades, muchisimas, tener la información bien clara puede ser importante en ese raro, pero grave, acontecimiento.
Con los vehículos de alquiler me pasé como 10 años haciéndolo sin que me fuera necesario para nada, al final, un error en la anotación de los kilómetros por parte de la compañía de alquiler casi me cuesta 800 euros extra, que, no sin poco trabajo, pude conseguir no me cobraran.
Pero en ningún momento ha desmentido que la tuviera pequeña.
#2 ¿Y?
#4 Es una broma hombre, no te amargues.
¿Edad mental de los trabajadores?, que forma tan estúpida de jugarse un puesto de trabajo
#8 Hijo del mecánico, chaval, le llama la novieta que está sola...
Eso pasa por no saber donde llevarlo.
Puede ser una forma de conseguir reparaciones gratis, como los turistas británicos denunciando a los hoteles.