Siempre se ha dicho en determinados entornos que parecerse a los animales era símbolo de fuerza y de astucia, y que al cazarlos se adquiría su espíritu salvaje. Desde hace demasiado tiempo, muchos políticos españoles lo único que copian de ellos son sus rebuznos, ladridos o mugidos. Esta simpática galería muestra ciertos parecidos entre unos y otros, muy adecuada para este tiempo convulso en que andan metidos quienes gestionan la cosa pública.
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Los políticos y sus "parientes lejanos"