Guillermo Ortea llevaba una vida aparentemente normal. Casado y padre de cuatro hijos, nada hacía suponer que los problemas que acontecían en su vida y que poco a poco iban minando a la familia, podían tener un origen diabólico, camuflado en lo que parecía un sencillo e inofensivo juego de adolescentes: la tabla ouija.
Algunos pasajes me han recordado vívidamente el porcusamiento de Carlos Jesús. De hecho era otro que siempre desaconsejaba hasé la ouija. Impresionante documento del siglo II.
Aun recuerdo el cabreo de mi madre cuando un colega rompió un vaso de cristal, que usabamos para la oija, en la pared de mi casa porque decía que siempre se metía un mal espiritú dentro. Juas, que recuerdos.
Comentarios
Va en serio el envío, sí...
/S
¿Lo encerraron?
Girando la tuerca a la Edad Media.
Que vergüenza que exista gente que crea estas fantasías.
Un consejo: nunca, nunca utilicéis la ouija sin poneros un gorrito de aluminio homologado.
Claro, si existen hasta los exhorcistas. Grajos en un circo demente.
Los fantasmas, diablos, brujas... Se curan estudiando. La sociedad se estanco en el medievo.
Algunos pasajes me han recordado vívidamente el porcusamiento de Carlos Jesús. De hecho era otro que siempre desaconsejaba hasé la ouija. Impresionante documento del siglo II.
Recordemos que en cosas como estas se gastan nuestros impuestos regalandoselos a la iglesia.
Jopetas, lo del pequeño Nicolás comparado con esta historia es un juego de niños. Esta noche ya no duermo...
¡Pst! #0, se te ha olvidado el tag Humor
Aun recuerdo el cabreo de mi madre cuando un colega rompió un vaso de cristal, que usabamos para la oija, en la pared de mi casa porque decía que siempre se metía un mal espiritú dentro. Juas, que recuerdos.
#4 lololololol
#4 La gente también se reía de Galileo cuando decía que la Tierra era redonda...
#13 No compares. Galileo era un genio, él fue el primero en utilizar gorritos de aluminio.