Hace 10 años | Por Alexandra980 a elviajero.elpais.com
Publicado hace 10 años por Alexandra980 a elviajero.elpais.com

Si viajásemos alrededor del mundo con el atractivo aroma de una taza de té recién hecho como único guía, visitaríamos elegantes salones londinenses, recorreríamos verdes plantaciones en las montañas de Sri Lanka o a cruzaríamos Asia a bordo del Transiberiano en torno a un samovar y largas horas de conversación.

Comentarios

F

Lo que no entiendo es qué pinta el mate en el artículo. Por las mismas el café también merecería un hueco.