Bajo los muros del Cementerio Municipal de San Fernando, dos chavales se resguardan a la sombra en una tarde calurosa. Uno quema con el mechero y pellizca un trozo de hachís mientras el amigo mira su mano sudada y llena de esquirlas marrones, mientras enumera los nombres de aquellos que deberían estar pero no han llegado. La plazuela es solo [...]
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Hachís, caballo y flamenco. Olé.
Et in Arcadia ego…