Se llamaba Alba. Fue la niña que me educó durante cuatro años para convertirme en un médico. Cuando sólo tenía un año le descubrimos una masa en el abdomen que resultó ser un agresivo tumor infantil. [...] Recuerdo con dolor su peregrinar por sanguijuelas del dolor ajeno que viven de la esperanza del desgraciado y la beben hasta que sólo queda la cáscara de la desesperación. Y recuerdo su derrota, la que propiciaron aquellas personas, y que yo no supe evitar.
Comentarios
Si el cáncer es horrible en adultos, no quiero pensar en lo que supondrá para un niño.
#2 Ese sentimiento, aunque muy doloroso, no te imaginas a lo que puede llegar si es un hijo.
Se me caen las lágrimas, no puedo evitarlo....es lo que tiene tener una sobrina de 7 añitos a la que adoro....
Me voy ahora mismo a darles un beso a mis niños.
Lo siento pero no he podido acabar de leerlo, me puede...
Triste y muy bien escrito relato... no se me ocurre nada más que añadir salvo darle al meneómetro
de lo poco de calidad que llega a portada de meneame ultimamente.
La gente de Bart.
Hoy en la gente de Bart...
Mierda pa ti #7.
Joder...qué mal cuerpo me ha dejado...pero qué razón tiene en todo.
La verdad que no quiero parecer cruel, pero que tiene esto de relevante? Niños con cancer se mueren a diario y los propios padres les llevan a un magufo que tras haberles incinerado dice que les va a resucitar de entre los muertos y nadie se escandaliza.
Cada día mueren 25.000 niños de hambre y a nadie le importa. Hasta en mi barrio muere gente abandonada en la calle. Y qué.