Ante la ausencia de la cúpula directiva -los subdirectores Eugenio Viejo y Rodrigo Vázquez de Prada renunciaron en su momento a su cargo- y la falta de interlocución directa con el editor Teodulfo Lagunero, los trabajadores han decidido organizarse en asamblea, a la que se le ha dotado de poderes de representación colectiva en la negociación de la disolución.El medio centenar de empleados sigue acudiendo a su puesto de trabajo argumentando que el comunicado recibido del editor no concluye una relación laboral.