Desde hace tiempo los usuarios europeos venimos disfrutando de una moneda más fuerte que el dólar, que ha estado estos últimos años en caída libre. Por tanto, este cambio tan beneficioso para nosotros unido a la alta globalización que sufrimos/disfrutamos hoy llevaría a pensar que los mismos productos deberían costar lo mismo en todo el mundo, respetando más o menos este cambio. Es decir, que valdrían menos euros que dólares, y no triunfaría el cambio 1 dólar = 1 euro que hoy abunda.
Comentarios
Cuando un fenómeno exige un diagnóstico simple, no hay que complicarse, y el de éste tiene cinco letras: MORRO.
Otra cosa sería el análisis de las causas, pero con media Europa sintiéndose antieuropea, estamos inermes al despotismo cambiario.