Carlos de Barrón narra las humillaciones, el maltrato psicológico, las agresiones y las intimidaciones que él y el resto de la tripulación sufrieron durante su cautiverio de tres noches en la cárcel de Israel. Definir la experiencia que he vivido desde la madrugada del jueves hasta el domingo es muy difícil. Pero inhumana y extrema son dos adjetivos que se ajustan a la realidad. Humillaciones, maltrato psicológico, agresiones físicas, intimidaciones y, en definitiva, una infinidad de acciones y comportamientos cuyo objetivo era hacernos sentir.