La relación del líder nazi con el sexo siempre fue turbia, aunque la propaganda aliada exageró sus parafilias. Adolf Hitler siempre tuvo una turbia relación con el sexo, pero la propaganda aliada se encargó de exagerar sus supuestas parafilias e incluso de inventarse algunas desviaciones sexuales para denigrar al líder de la Alemania nazi. Las acusaciones de pederastia, por ejemplo, no se sostienen, aunque psiquiatras, historiadores y otros expertos han tratado de penetrar en su cerebro para analizar sus complejos y traumas, que quizás podrían