Un atentado al mes, por lo menos, sufren las mezquitas y centros culturales islámicos de Berlín. El último, un intento de incendio de la mezquita Ahmadiya del barrio de Wilmersdorf, la noche del sábado. Oficialmente seis atentados desde junio, casi siempre con lanzamiento de botellas con líquido inflamable, pero podrían ser diez, si se cuentan los intentos. No hay detenidos. El contexto es un islamofobia creciente, alentada por debates mediáticos xenófobos, que ha sido uno de los datos centrales del año 2010 en Alemania.
Comentarios
Que burrada.
Es evidente que hay un choque cultural difícil de resolver. Vecinos míos emigraron a Alemania (gallegos a miles) y solo cuentan maravillas. Y nadie les quemaba nada ni les escupía. Y lo mismo puede decirse de gente de otras etnias no islámicas.
Con esto no digo que la señora mora escupida en la calle se lo haya ganado ni mucho menos, no se me entienda mal.
Grave asunto este.