La culpa la tienen los escritores de literatura infantil. Con sus bodrios hacen pensar a los niños que todos los escritores son igual de malos, y por eso de mayores ya no leen, creen que toda la literatura es igual que aquellos bodrios de literatura infantil que más que literatura era tortura.
Si quieren ejemplos vayan a su librería más cercana, sección infantil.
Antes los infantes se leían la odisea, las aventuras de Verne o de Jack London, es decir, leían libros de calidad escritos por adultos para adultos, y aunque no los entendieran del todo sí que gozaban con la lectura. Y ese gozo llevaba a seguir leyendo.
Ahora al empezar con literatura infantil se les priva del gozo, y sin gozo normal que no sigan leyendo. ¿Quien va a leer si no siente placer haciéndolo?.
No puedo más que sentir pena por este hombre. Imagino la frustración que le debe dar el estar dando su tiempo y sus esfuerzos en algo que se torna fútil e inútil por culpa de la desgana y la dejadez, aunque le pagaran por ello. No puede ser más que desgana y dejadez porque, aunque muchas veces algunos se esfuercen en demostrarnos lo contrario, los jóvenes de hoy en día no somos tontos.
Ganas tengo de ver cómo va la prensa dentro de unos años, con sus artículos a 75 céntimos.
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La culpa la tienen los escritores de literatura infantil. Con sus bodrios hacen pensar a los niños que todos los escritores son igual de malos, y por eso de mayores ya no leen, creen que toda la literatura es igual que aquellos bodrios de literatura infantil que más que literatura era tortura.
Si quieren ejemplos vayan a su librería más cercana, sección infantil.
Antes los infantes se leían la odisea, las aventuras de Verne o de Jack London, es decir, leían libros de calidad escritos por adultos para adultos, y aunque no los entendieran del todo sí que gozaban con la lectura. Y ese gozo llevaba a seguir leyendo.
Ahora al empezar con literatura infantil se les priva del gozo, y sin gozo normal que no sigan leyendo. ¿Quien va a leer si no siente placer haciéndolo?.
No puedo más que sentir pena por este hombre. Imagino la frustración que le debe dar el estar dando su tiempo y sus esfuerzos en algo que se torna fútil e inútil por culpa de la desgana y la dejadez, aunque le pagaran por ello. No puede ser más que desgana y dejadez porque, aunque muchas veces algunos se esfuercen en demostrarnos lo contrario, los jóvenes de hoy en día no somos tontos.
Ganas tengo de ver cómo va la prensa dentro de unos años, con sus artículos a 75 céntimos.