Hace 13 años | Por Toliman a theinquirer.es
Publicado hace 13 años por Toliman a theinquirer.es

Pronunciar la palabra “protesta” es motivo suficiente para que las autoridades chinas corten sin más miramientos una conversación telefónica, sin importar el contexto en el que se diga ni el idioma en el que se hable. Esto es precisamente lo que le ha ocurrido a un empresario afincado en este país cuando discutía con su pareja sobre el restaurante al que irían a cenar. “Me parece que la señora protesta demasiado”, comentó el empresario, pero la segunda vez que pronunció la palabra “protesta” la llamada se cortó automáticamente.

Comentarios

Toliman

#2 Ya he pedido el cierre, busque antes de publicar por si era duplicada, veo que no busque como debía.