Tras ofrecer su neciedad más espantosa defendiendo con esmero a un jugador que le ha roto la nariz a otro en una arrebato de rabia (para los forofos imaginar la campaña si Cristiano agarra un oponente en una falta táctica y le rompen la nariz un mes) vuelve a tomarla con Pellegrini, a quien toman como figura débil, y por ello, ha sido enésimamente despedido de forma muy similar a la del árbitro que quiere ver un penalti. Su penalti es que la palabra dimisión arrima un plus al quiosco. La última trama ha sido encender unas palabras de Valdano.
Comentarios
Joder, que espeso.
Se podría titular: "De los daños que ha producido el sistema educativo entre la juventud." o "Como internet permite a los analfabetos funcionales escribir y publicar"