El monstruo de siete cabezas del capitalismo nos ha convencido de que queremos ser ricos, de ahí la frustración social provocada por la crisis. Como me comentaba un amigo recientemente, el efecto se multiplica en un país como España, en el que somos pobres pero vivimos como ricos, en comparación con países como Alemania o Japón, en que son ricos pero viven como pobres.
Me ha encantado este cacho:
Por eso quiero que el profesional de la industria solidaria (sí, el profesional, nada de voluntarios y menos de turistas solidarios), me mire a los ojos y me pida dinero con estas palabras:
- Tengo ánimo de lucro porque quiero ganarme la vida con mi trabajo; soy egoísta porque ayudo a los demás para sentirme bien; soy profesional porque me tomo mi trabajo en serio; soy materialista porque mi objetivo es que el Tercer Mundo alcance el grado de bienestar material del que yo disfruto, porque si realmente apreciara que los niños de Zambia sepan divertirse con una chapa y un cartón, no me dedicaría a esto; rechazo la espiritualidad porque el mundo lo cambio yo, aquí y ahora, no dios desde esa nube o el espíritu de la tierra desde esa rama; te pido dinero porque creo que la solidaridad debe salir de ti y no de la imposición del estado; actúo según los valores occidentales del pensamiento crítico, el progreso científico, la educación universal, la democracia liberal, la economía capitalista y la igualdad ante la ley, porque creo que son el mejor método para que los países dejen atrás la miseria. Todas las miserias. Si tú crees que cambiar a una mujer por ganado, amputarle el clítoris o desear la muerte a los ateos son minucias culturales que debemos respetar, no quiero tu dinero. Si te parece lo mismo pasar hambre que cobrarte por el Whatsup, no quiero tu dinero. Y si te parezco etnocentrista, bueno, seré capaz de soportarlo.
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Me ha encantado este cacho:
Por eso quiero que el profesional de la industria solidaria (sí, el profesional, nada de voluntarios y menos de turistas solidarios), me mire a los ojos y me pida dinero con estas palabras:
- Tengo ánimo de lucro porque quiero ganarme la vida con mi trabajo; soy egoísta porque ayudo a los demás para sentirme bien; soy profesional porque me tomo mi trabajo en serio; soy materialista porque mi objetivo es que el Tercer Mundo alcance el grado de bienestar material del que yo disfruto, porque si realmente apreciara que los niños de Zambia sepan divertirse con una chapa y un cartón, no me dedicaría a esto; rechazo la espiritualidad porque el mundo lo cambio yo, aquí y ahora, no dios desde esa nube o el espíritu de la tierra desde esa rama; te pido dinero porque creo que la solidaridad debe salir de ti y no de la imposición del estado; actúo según los valores occidentales del pensamiento crítico, el progreso científico, la educación universal, la democracia liberal, la economía capitalista y la igualdad ante la ley, porque creo que son el mejor método para que los países dejen atrás la miseria. Todas las miserias. Si tú crees que cambiar a una mujer por ganado, amputarle el clítoris o desear la muerte a los ateos son minucias culturales que debemos respetar, no quiero tu dinero. Si te parece lo mismo pasar hambre que cobrarte por el Whatsup, no quiero tu dinero. Y si te parezco etnocentrista, bueno, seré capaz de soportarlo.