Nicolas Sarkozy ha tenido que dedicarse en los últimos días, antes de sus vacaciones de Navidad en Marraquech, a hacer un ejercicio de equilibrismo para intentar parar una bola de nieve que él mismo lanzó. Ante las numerosas derivas islamófobas desencadenadas por los debates sobre el velo islámico y sobre la identidad nacional propuestos por Sarkozy, el presidente ha multiplicado las señales para desmarcarse de la etiqueta de racista.
Comentarios
Y yo pido el fin del racismo, venga de donde venga, y lo pido YA!!!
todo racismo es totalmente condenable, pero es una pena que la religión siempre por el medio... la alienación llevada a su máximo extremo...
Laicos españoles piden fin de discriminación por motivos de religión.