Con frecuencia escuchamos que el ejercicio físico abre el apetito y que cuándo más energía gastamos, más hambre experimentamos. Sin embargo, un reciente estudio contradice y refuta con su hallazgo dicha creencia, ya que el sedentarismo no sólo causaría daños al reducir el gasto calórico.
Comentarios
Pues yo cuando estoy de vacaciones tengo mucha menos hambre que cuando trabajo.
Muy poco riguroso el estudio... aún así por el tema: meneo