Hace 15 años | Por --68111-- a parasaber.com
Publicado hace 15 años por --68111-- a parasaber.com

Esforzarse por hacer las cosas cada día mejor no es malo, pero la obsesión porque todo sea perfecto produce mucha frustración y mucho sufrimiento. Hay niños que reaccionan con una rabia inusitada porque se les dobló una esquinita de su dibujo o que reclaman constantemente señales de aprobación a cada paso que dan. Se ponen contentísimos cada vez que les felicitamos por algo que han hecho bien, y al mismo tiempo se hunden en la tristeza o el enfado cuando sienten que "no han dado la talla".