El periodismo es una profesión de riesgo. No solo para los compañeros que, para informarnos, mueren y se desangran en guerras y países en conflicto. Hay trincheras en todas partes. También aquí, en Arousa. Y la posibilidad de ser objeto de una agresión es directamente proporcional a lo bueno que sea el periodismo que se hace.
[...]le paró en la calle, le escupió a la cara y le dijo lindezas de este calibre: «Eres un puto mileurista, yo gano un pastón y tú ganas una mierda y voy a hacer que te echen de aquí, cabrón»[...]
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[...]le paró en la calle, le escupió a la cara y le dijo lindezas de este calibre: «Eres un puto mileurista, yo gano un pastón y tú ganas una mierda y voy a hacer que te echen de aquí, cabrón»[...]