Publicado hace 12 años por chateaubriand73 a elblogdejuguete.blogspot.com

Al entrar, el visitante desciende por unas escaleras que, en su contraste con la luminosidad del exterior, lo sumergen en la oscuridad, bajo la atenta mirada de los guardias que aguardan como sombras. Una puerta, más escaleras, nuevas oscuridades, más guardias, el camino no es directo, aturde al visitante desprevenido, los guardias a veces te acompañan, muy cerca, en un claro ejercicio de intimidación, y de pronto la sala, el sarcófago y el cuerpo de Lenin tal como siempre lo habías imaginado.