Hace 11 años | Por --308897-- a eldiariomontanes.es
Publicado hace 11 años por --308897-- a eldiariomontanes.es

En plena noche se oyen ruidos como de un monedero desparramado. La mujer de Ángel padece de las piernas y ante un ataque no podría salir corriendo. Ambos duermen en las habitaciones privadas del mesón El Pradón, donde también tienen instalada su vivienda. Ángel se asoma y ve tres siluetas robando la recaudación de las tragaperras. No puede llamar a la Policía, en esa parte no hay cobertura. Vuelve a su cuarto, coge una de sus escopetas de caza, traspasa el recinto privado del local y grita: «¡Alto! ¡Alto o disparo!».

Comentarios

Summertime

Jamas entenderé estas cosas, ese señor hizo lo que tenia que hacer, defenderse. Y que encima se vea con una petición de cárcel e indemnización es que no tiene nombre.