El gran error de estas “teorías” que tratan de dotar a la psicología de objetividad es no darse cuenta que: "no son los estímulos los que determinan la acción humana y la conducta, sino nuestras creencias, pensamientos y juicios de valor". Dicho de otra manera: es la interpretación que el ser humano da a los estímulos recibidos la que determinará su respuesta. El ser humano no es un agente pasivo al cual el ambiente influye sin que exista reciprocidad.
Comentarios
Hay que documentarse un poco antes de hacer estas generalizaciones que sonrojarían a cualquier estudiante de 1º de Psicología.
Aun así, el autor del post olvida que en conductas muy simples (y que no conllevan gran tarea planificadora) el paradigma estímulo respuesta se ha mostrado eficaz. Por ejemplo, muchos fumadores encienden un cigarrillo al tomarse un café; sabiendo eso se puede intentar alterar la conducta.
Hay que saber quedarse con lo mejor de cada paradigma, y aunque este sea ya un poco antiguo y esté claramente superado, aporta cosas muy interesantes y útiles; no solo con niños y animales, como señala el autor; en algunos personas afectadas con diversos trastornos (muchos del espectro autista) las terapias conductuales les aportan grandes beneficios.