PUERTO PRÍNCIPE.— Es mediodía en el campamento más peligroso de Haití, el de la Plaza Champ de Mars, donde sobreviven 20 mil personas en carpas maltrechas instaladas en las plazoletas que rodean las ruinas del Palacio Nacional de Puerto Príncipe. Este es el prostíbulo infantil más grande del país, aún sumergido en la destrucción y en un proceso de descomposición social.
El relato es tremendo, pero me quedo con tres datos:
- El Instituto de Bienestar Social y de Investigación del gobierno haitiano (sic) no responde.
- Sólo las primeras seis semanas los organismos internacionales repartieron alimentos en los campamentos.
- El sacerdote y otros prelados informaron (de las violaciones) a la alta jerarquía católica. “No lo ha querido difundir”, dice. Sería el escándalo.
El gobierno ignora la situación, los organismos internacionales también lo hicieron en cuanto dejó de hablarse de Haití y la Iglesia Católica™ esconde el problema.
Comentarios
El relato es tremendo, pero me quedo con tres datos:
- El Instituto de Bienestar Social y de Investigación del gobierno haitiano (sic) no responde.
- Sólo las primeras seis semanas los organismos internacionales repartieron alimentos en los campamentos.
- El sacerdote y otros prelados informaron (de las violaciones) a la alta jerarquía católica. “No lo ha querido difundir”, dice. Sería el escándalo.
El gobierno ignora la situación, los organismos internacionales también lo hicieron en cuanto dejó de hablarse de Haití y la Iglesia Católica™ esconde el problema.
#1 Sólo Forges y Sean Penn se acuerdan hoy de Haití. todos los demás están corriendo alrededor de la mesa tratando de salvar sus bancos.
Asco. Ya no es indignación, ya no es enfado. Es asco.
Qué mundo más triste... y qué impotencia se siente al leer este tipo de barbaridades. A veces me avergüenzo de pertenecer al género humano.
Tal vez deberíamos mirarnos menos al ombligo con nuestras crisis capitalistas y hacer algo de una vez por todas para evitar tanto sufrimiento.