Hace 10 años | Por --389932-- a mujeresycia.com
Publicado hace 10 años por --389932-- a mujeresycia.com

Que bien podía llamarse la imposición por sexo. Cuentan que dos viajeros emprendieron la marcha en comprometido silencio. El hombre montaba a caballo sin mirar atrás. La mujer avanzaba a pie, cada vez más fatigada. “¿Puedo montar yo en el animal?”, preguntó ella al cabo de las jornadas. “¡Éste me lo dieron a mí por derecho, no a ti!”, dijo el hombre, sin siquiera mirarla. Qué poco se aleja...