Publicado hace 15 años por nochesprohibidas a nochesprohibidas.wordpress.com

El espectador percibe estar frente a un paisaje, pero un paisaje onírico, en el que se mezclan la realidad y el sueño: un paisaje interior, con imágenes que dialogan, se complementan y nos interrogan, dando protagonismo y dimensión a lo no visible, al orden [y al aparente caos] interno de las cosas.