Exigen a las entidades financieras que cumplan su compromiso de conceder préstamos a las empresas.Todos se suman a la amenaza del empresariado de La Serena de encerrarse en las oficinas bancarias.
Esta noticia me produce sentimientos enfrentados...
- Por un lado creo que tienen razón. Que los bancos (no todos, supongo, pero demasiados) están jugando a un juego muy sucio: apuestan a que la inflación y los tipos de interés bajarán practicamente a cero y que los estados emitirán grandes cantidades de deuda pública a un interés atractivo... con lo que podrán prestarles dinero (muchas veces el dinero que los estados les prestaron o dieron) y obtener ganancias con riesgo cero. Vomitivo y letal para la economía, pero ellos obtendrán sus beneficios y los ejecutivos sus bonificaciones.
- Por otro, sin embargo, hace falta cara dura ¿Solidaridad? ¿Cuando la han mostrado ellos? Los bancos son empresas y los banqueros empresarios. Se meten en esto para ganar dinero y cuanto más mejor, si aspiraran a la santidad se habrían metido a monjes. Y demasiados de esos empresarios siguen intentando contra viento y marea colocar sus ladrillos con el menor descuento posible, en una enternecedora demostración de solidaridad...
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Esta noticia me produce sentimientos enfrentados...
- Por un lado creo que tienen razón. Que los bancos (no todos, supongo, pero demasiados) están jugando a un juego muy sucio: apuestan a que la inflación y los tipos de interés bajarán practicamente a cero y que los estados emitirán grandes cantidades de deuda pública a un interés atractivo... con lo que podrán prestarles dinero (muchas veces el dinero que los estados les prestaron o dieron) y obtener ganancias con riesgo cero. Vomitivo y letal para la economía, pero ellos obtendrán sus beneficios y los ejecutivos sus bonificaciones.
- Por otro, sin embargo, hace falta cara dura ¿Solidaridad? ¿Cuando la han mostrado ellos? Los bancos son empresas y los banqueros empresarios. Se meten en esto para ganar dinero y cuanto más mejor, si aspiraran a la santidad se habrían metido a monjes. Y demasiados de esos empresarios siguen intentando contra viento y marea colocar sus ladrillos con el menor descuento posible, en una enternecedora demostración de solidaridad...