"Es evidente que el grado de crispación de nuestra vida pública no se corresponde con ese nivel de desarrollo democrático de la sociedad española; es anterior a la democracia, no encaja en ella, ni tiene por qué hacerlo, y violenta la estabilidad, no sólo del sistema institucional, sino del desarrollo y la bonanza económica que una democracia moderna precisa, sustentada siempre en la estabilidad del sistema." Esto, y otras cosas muy interesantes, dice Joaquín Calomarde, diputado del PP por Valencia. Aún hay esperanza.
Comentarios
De eso habla este artículo, que ha sido publicado en El País. De la necesidad de una derecha o, mejor dicho, de un proyecto liberal de centro, moderno y sin complejos. Como muy bien dice el autor del artículo, diputado del PP:
Ni el Partido Popular es un grupo extraparlamentario y antisistema, como algunos interesadamente quieren hacer ver, ni el Gobierno y el partido que lo sustenta, un reducto de radicales antiespañoles. Esto es una peligrosa y grotesca tergiversación de la realidad española que no puede ser entendida por una sociedad libre y plena de confianza en sí misma como es hoy día la sociedad española.
Aunque supongo que algunos le acusarán de equidistante (palabra que se ha convertido últimamente en curiosa forma de desacreditar), hipócrita, resentido y otras lindezas. Lo digo, sobre todo, por algunos comentarios que se pueden leer en el blog de escolar.
El articulo es para enmarcarlo, te ha faltado chispa (sensacionalismo) para presentarlo
Lástima.
Lo que hace falta parta una democracia sana es una derecha "europea" y no lo que hacen estos del PP...
Y mi orientación política me la guardo para mí, ea