En la época del general-traidor y criminal en este país hubo una plaga de falsa moralidad donde cualquier suceso que atentase contra las "buenas costumbres" era severamente castigado. En los colegios religiosos (proliferaron como setas)se amenazaba a los alumnos con el fuego eterno si te tocabas la pilila. Uno de los pocos sitios para cometer actos impuros (dentro de un orden..¡claro!)eran los cines de barrio. Esta es la pequeña historia que ocurrió en uno de ellos:
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El spammer: @luisviadelcocera
Yo creía que era el maestro de las etiquetas