El Gobierno italiano lleva semanas haciendo acrobacias verbales y diplomáticas en torno a la crisis libia. El conflicto que desangra a su excolonia plantea tanto a Roma como a sus empresas dilemas de difícil solución. El Tratado de Amistad, Sociedad y Cooperación firmado en Bengasi en 2008 por Silvio Berlusconi y el coronel Gadafi prohíbe a Italia inmiscuirse en los asuntos internos libios e incluso ofrecer sus bases a terceros para intervenir contra el régimen.
Comentarios
Deberían dejar sin efecto los Tratados Internacionales que impiden invadir, masacrar y expoliar a la menor oportunidad.
Los ordenadores de Wall Street deben estar muy cabreados.