¿Hay algo peor que un crimen? Sí. Todo esto: ensañarse con la memoria de la víctima; agrandar el dolor de su familia; urdir una estrategia jurídica para explotar las debilidades de la ley y conseguir la mínima condena del asesino. Estas tres circunstancias se están dando en el caso del asesinato de Marta del Castillo y la desaparición de su cadáver. Es como si una mente perversa y diabólica estuviera graduando la cadencia informativa y urdiendo falsedades y contradicciones, con el fin de hacer el mayor daño posible. Y lo están consiguiendo.
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Columna publicada en La voz de Galicia escrita por Fernando Onega.