Publicado hace 14 años por profeleng a antesdelascenizas.blogspot.com

Sí, todos juntos a motivar al infante. Y el infante, que se huele la trama –porque de tonto no tiene un pelo, sobreestimulado como está desde la cuna- se despatarra en su pupitre, echa los hombros hacia atrás, se despereza lentamente, y le dice con un cierto aire entre displicente y fastidiado al profesor: motíveme.

Comentarios

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Tan extendido está el dogma que hasta el alumno más ceporro lo tiene asumido, y no es rara la acusación al profesor en plena clase de que 'sus clases son aburridas', 'las actividades no los entretienen', 'no los motiva con juegos y actividades lúdicas', etc.. convirtiéndolo en el culpable de sus malas calificaciones, de sus problemas de disciplina, de que prefiera fumarse el porro en el patio en lugar de entrar en clase, de que no pueda ir a la universidad aunque no haya abierto un libro en los últimos tres años... El abrumado profesor, al que le cuentan que con algunos de sus compañeros sí trabajan y aprenden, acaba convencido de que es un inútil y un fracaso como docente.

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#0 #1 para vosotros y cualquiera que le interese la educación:

El maestro que intenta enseñar sin inspirar en el alumno el deseo de aprender está tratando de forjar un hierro frío.

Horace Mann (1796-1859) Educador estadounidense.