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La aplicación del TIL y la política educativa del Govern Balear se han cobrado otra dimisión, esta vez en el IES Puig de sa Font de Son Servera. El equipo directivo comunicó ayer su renuncia en un claustro de profesores extraordinario a las 14h. La dimisión fue enviada ayer mismo a la Conselleria d'Educació y se colgará hoy en la web del centro.

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La aplicación del TIL y la política educativa del Govern han cobrado otra dimisión, esta vez en el IES Puig de sa Font de Son Servera. El equipo directivo comunicó ayer su renuncia en un claustro de profesores extraordinario llevado a cabo a las 14h. La dimisión fue enviada ayer mismo por correo certificado a la Consejería de Educación y se colgará hoy en la web del centro.

La directora del instituto, Mercedes Rojales, hacía 10 años que estaba al frente del centro. Desde el equipo directivo han explicado los profesores del claustro que hay un antes y un después de la política educativa del Gobierno de José Ramón Bauzá. "Ha sido un proceso largo y hemos visto cómo se ha ido deteriorando la educación, sobre todo en los centros públicos", aseguraron.

La falta de consenso y la imposición del TIL ha sido "la gota que ha colmado el vaso". El centro se encontraba que tenía que aplicar un proyecto lingüístico trilingüe que no estaba aprobado por el consejo escolar y el equipo directivo no acepta que, en un centro público, el máximo órgano de gobierno sea menospreciado.

En cualquier caso, la incomodidad con el Gobierno va mucho más allá del TIL y también tiene que ver con los recortes. El centro, que acoge 790 alumnos, tiene actualmente unos ratios muy altas y sufre masificación. De los 92 profesores que habían llegado a tener "en los buenos momentos", actualmente hay 75. En cuanto al TIL, desde el centro afirman que no tienen profesorado preparado para dar el TIL 1 º de ESO, donde hay siete grupos que suman unos 170 alumnos. Sólo las profesoras de plástica y matemáticas disponen del nivel B2 de inglés y el auxiliar de conversación que ha enviado la Consejería sólo puede hacer seis horas.

Los miembros del equipo, formado por seis personas, no consideran la posibilidad de que no se les acepte la dimisión y dijeron ayer que "ha sido una decisión muy meditada".